lunes, 2 de junio de 2014

El #Café en la Cocina

Tomar un café se ha convertido, para los amantes de esta infusión, en un ritual. Exigen para cada ocasión (tertulia, lectura, descanso, negociación, celebración…) una deliciosa taza de café de origen con un determinado perfil, por ejemplo: “café perfumado, rico en aroma y sabor, de cuerpo pleno y de fina acidez, combinado todo en equilibrio perfecto”. Lejos quedan los adjetivos más utilizados para definir un café: bebida negra y amarga, suave o fuerte.

Beber un buen café, además de un placer, se convierte en un juego cuando te concentras en apreciar la sugestiva y sorprendente riqueza aromática de la bebida. Y es que dependiendo de la tierra donde se cultiva encontramos sutiles diferencias en su sabor: los latinoamericanos son muy aromáticos con notas achocolatadas y frutos secos; los de África son más complejos y nos podemos encontrar desde notas a frutas exóticas a toques florales; mientras que los de Asia son apreciados por sus notas terrosas.


Los atributos que los catadores utilizan para definir el perfil de un café son: la fragancia, el aroma, cuerpo, acidez, sabor y posgusto.

La fragancia consiste en descifrar los olores en un café recién molido: floral, afrutado, vegetal y herbáceo. Este atributo no podemos apreciarlo cuando nos sirven la bebida en una cafetería.

El aroma lo percibimos cuando lo mezclamos con agua. Primero, olemos los vapores que desprende la infusión: afrutado, herbáceo, vegetal, floral…

En boca, determinamos sabor, cuerpo, acidez y posgusto. En cuanto al sabor, Primero aparecen los dulces (punta de la lengua), los siguientes son los salados (laterales anteriores) y los ácidos (parte lateral) y a los diez segundo, los amargos (parte posterior).

La acidez, no confundir con lo agrio que es un defecto, es virtud y no defecto. Es la expresión de viveza de un café. Viene determinada por la altitud del cultivo, a más altitud, mayor acidez. Un café con poca acidez tiende a ser plano. Con alta acidez lo podemos encontrar en un Kenia AA, en un Costa Rica Tarrazú. Acidez media en un Etiopía Yergacheffe, en un Papua Nueva Guinea.

El cuerpo es la sensación de espesor, fluidez o ligereza que tenemos en boca durante unos segundos al conservar un sorbo de café. Generalmente los cafés de Asia tienen más cuerpo que los latinoamericanos. Cafés con mucho cuerpo lo podemos encontrar en un Etiopía Harrar, en un Tanzania Kilimanjaro. Café con poco cuerpo lo podemos encontrar en un Moka Harrar.

Aroma y sabor se fusionan (es la parte más subjetiva de la cata) y nos podemos encontrar: notas dulces y afrutadas en un Brasil Paraná; notas cítricas en un Kenia AA; notas silvestres y especiado, en un Etiopía Limú; notas acarameladas en un Colombia Pico San Cristóbal; a frutos secos en un Costa Rica Tarrazú; notas a cacao, en un Guatemala Antigua… y podemos seguir porque cada café, según la zona de cultivo (origen), presenta unas características diferentes.

Por último, determinamos el posgusto, duradero en un Puerto Rico Yauco Selecto, en un Indonesia Kalosi.

A partir de ahora cuando deguste un café intente buscar ese abanico de sabores que solo puede apreciar en un café de origen. Por cierto, el perfil de cata descrito en el primer párrafo, corresponde al que los expertos consideran el mejor café del mundo, el Jamaica Blue Mountain.

Beneficios en la Salud
Reducción del riesgo de padecer Alzheimer
Varios estudios que compararon bebedores de café moderados (unas 2 tazas al día) con consumidores esporádicos de café (menos de una taza al día) concluyeron que aquellos que bebían más café tenían muchas menos probabilidades de desarrollar Alzheimer más tarde.
Reducción del riesgo de padecer Parkinson
Un estudio que comparaba consumidores de unas 3,5 tazas de café diario con otras personas que no consumían café tenían mucha menos probabilidad de contraer Parkinson en el futuro.3 Sin embargo, un segundo estudio encontró una relación inversa entre la cantidad de café bebida regularmente y el riesgo de padecer Parkinson.
Reducción del riesgo de padecer gota
Un estudio de la University of British Columbia de Canadá y la Escuela de Medicina de Harvard en Boston asegura que el café ayuda a reducir el riesgo de padecer gota. El equipo analizó datos de un sondeo de salud y nutrición estadounidense llevado a cabo entre 1988 y 1994. El estudio se basó en la encuesta a unos 50.000 hombres de 40 a 75 años, sin antecedentes de gota.
Los participantes completaron cuestionarios exhaustivos sobre hábitos alimenticios, incluidas las bebidas. Tras 12 años de evaluación, durante los cuales 757 hombres desarrollaron gota, el riesgo fue menor para aquellos que tomaban más café. Cuando los participantes en el estudio tomaban cuatro a cinco tazas de café, había una reducción del 40% de desarrollar la dolencia. Los hombres que consumían café descafeinado también se vieron beneficiados, pero el té pareció no tener efecto. Los investigadores revelaron niveles significativamente menores de ácido úrico en la sangre de quienes tomaban grandes cantidades de café.
Analgésico
El café aumenta la eficacia de los analgésicos, especialmente la de los medicamentos que actúan contra el dolor de cabeza y puede aliviar a algunas personas el asma. Por esta razón algunos fabricantes de aspirina también incluyen una pequeña dosis de cafeína en la pastilla.
Antidiabético
La toma de café puede reducir hasta la mitad el riesgo de padecer diabetes mellitus tipo II. Aunque inicialmente se citó que esto ocurría con pacientes que consumían altas cantidades (7 tazas al día), se demostró más adelante que la relación es lineal.
Antineoplásico
Algunos de los efectos beneficiosos se pueden restringir a un sexo. Por ejemplo, se ha demostrado que reduce la aparición de cálculos biliares y enfermedades en la vesícula biliar en hombres.
Además, según varios estudios hechos públicos en marzo de 2006 los bebedores de alcohol que consumen cuatro o más tazas de café al día tienen un riesgo de cirrosis cinco veces menor que aquellos bebedores que no toman café, mientras que el riesgo de muerte por cirrosis se reduce en un 30 por ciento en aquellos pacientes que consumen mucho café. El café puede reducir el riesgo del carcinoma hepatocelular, una variedad de cáncer de hígado.
Cardioprotector
Un estudio realizado durante 12 años en Finlandia (país que tiene el récord de consumo de café con una media de nueve tazas al día por adulto) por el Instituto Nacional de Salud Pública de Helsinki sobre 14.600 adultos de 35 a 64 años sin antecedentes de enfermedades cardiovasculares, acaba de ofrecer asombrosas conclusiones que los investigadores no se explican. Parecería que cuanto mayor sea el consumo de café, mayor sería la tendencia de disminución de la diabetes de tipo II.
Además, el café reduce la incidencia de cardiopatías, aunque se desconoce si esto es así sencillamente porque libra a la sangre del exceso de grasa o si es debido a su efecto estimulante. En la reunión anual de la American Chemical Society en Washington, D.C., el 28 de agosto de 2005, el químico Joe Vinson de la Universidad de Scranton presentó su demostración del análisis que mostraba que para los americanos, que en general no consumen grandes cantidades de frutas y verduras frescas, el café representa con mucho la mayor fuente de antioxidantes valiosos en sus dietas.
Un estudio de la Iowa Women's Health mostró que la mujeres que consumían café sufrían menos episodios de enfermedades cardiovasculares y tenían menos probabilidades de padecer cáncer que la población general. Para las mujeres que bebían 6 ó más tazas el beneficio era aún mayor.
Laxante y diurético
El café es un potente estimulante del peristaltismo y en ocasiones se considera que evita el estreñimiento. También es diurético, acción mediada por la cafeína.
Rendimiento cognitivo
Mucha gente bebe café por su habilidad de aumentar la memoria a corto plazo y el cociente intelectual.
Además, en los tests de tiempo de reacción sencilla, el tiempo de reacción para escoger, memoria verbal incidental y razonamiento visuo-espacial, los participantes que tomaban café regularmente realizaban mejor los tests, con una relación positiva entre las puntuaciones de los tests y la cantidad de café bebida regularmente. Los participantes de mayor edad eran los que tenían mayor efecto asociado con la toma regular de café. Otro estudio encontró que las mujeres de más de 80 años de edad realizaban los tests cognitivos mucho mejor si habían tomado regularmente café durante su vida.
También cambia el metabolismo de la persona, de tal forma que su cuerpo convierte una mayor proporción de lípidos a carbohidratos, lo que puede ayudar a los atletas a evitar la fatiga muscular.
Algunos de estos efectos sobre la salud son observables con tan sólo tomar 4 tazas al día (700 ml), pero otros necesitan de 5 ó más tazas al día (0,95 litros o más).



Ideas para usar el café como ingrediente

Sin llegar tan lejos, en el ámbito doméstico es posible incorporar al café en nuestro recetario cotidiano.

Numerosas preparaciones de repostería (helados, sorbetes, pasteles, rellenos, natillas o flanes) tienen el mismo apellido: café. Algunas sugerencias para disfrutar (y sorprender) son: el flan de café, las tostadas de carnaval de café y vainilla, el arroz con leche y café, o el helado de yogur con sabor a café, entre muchas otras.
Lo interesante es que el café también tiene cabida en muchos platos salados. El truco, en este caso, radica en infusionarlo en otro tipo de líquidos, en lugar de hacerlo en agua.

  • Un ejemplo es el aceite: si lo utilizamos para la infusión, conseguiremos un aceite con un toque aromático de café. Con él podremos aliñar ensaladas de manera original, darle un toque diferente a las verduras cocinadas, o emplearlo como elemento aromático a la hora de preparar una carne a la plancha, como un solomillo, que luego se puede acompañar con elementos de tierra, como una salsa de hongos, que marida muy bien con los aromas de tostado del café.

  • Si en lugar de aceite elegimos un caldo de carne para infusionar el café, tendremos una estupenda base para crear perlas gelificadas, que aportarán un toque novedoso a nuestras cremas de verduras, platos de carne o caldos de marisco.

  • También es posible montar salsas de caza, con carne de pato o de corzo, cuyo sabor es diferente al de la carne a la que estamos acostumbrados. Esto nos permitirá experimentar un poco más con los matices y con los sabores que acompaña.

  • En el mundo de los guisos y las cocciones prolongadas (como los ragouts, los guisos de pollo, etc.) es habitual utilizar un poco de chocolate amargo para oscurecer y matizar el plato, y para dar personalidad a la salsa final.

  • El mismo efecto se puede conseguir al sustituir al chocolate por unas gotas de café súper concentrado, utilizándolo como si fuese un buen perfume. Apenas unas gotas bastarán para cerrar el círculo de matices y sabores a una receta.





Fuente: http://blogunocafe.blogspot.com/2010/05/como-degustar-un-buen-cafe.html, http://es.wikipedia.org, http://www.consumer.es
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